Aniversario

Un centenario de alegrías

La espera se hizo larga, pero llegó y hoy toda la familia del Atlético Boxing Club festeja sus increíbles y gloriosos 100 años de vida.

23/08/2020 • 12:17

Es toda una vida para una institución que albergó a miles y miles de deportistas, familias, vecinos y dirigentes que forjaron una historia interminablemente rica tanto en logros deportivos como en formación de valores que incluso se transmitieron por largas generaciones de familias riogalleguenses.

El presente de la institución marca que hoy tiene 1400 socios activos, cadetes y vitalicios, sumado a 15 disciplinas que cada día le dan vida al polideportivo y sus anexos, por los que pasaron deportistas de todas las categorías posibles.

La historia indica que el Boxing fue fundado el 23 de agosto de 1920, con una primera pequeña sede de chapa que largos años después tendría como escenario a la que ahora es la antigua sede ubicada en Avenida San Martín 524, un patrimonio histórico en la ciudad.
Allí, en la planta baja funciona el viejo restaurante del club, la recepción y una cancha de pelota a paleta.
En el primer piso hay un salón de usos múltiples para 300 personas y un escenario. En el segundo piso está el gimnasio, de piso flotante, donde se practica básquet.
Este edificio fue rehabilitado en 2016 para poder ser utilizado nuevamente.

Sin embargo, la joyita es el polideportivo que se ubica en la calle Provincias Unidas 106, en el mismo predio que su estadio de fútbol y se utiliza para disciplinas de interior.
Cuenta con capacidad para 8000 personas. Su inauguración se realizó en 2001 y cinco años más tarde, la cancha de fútbol con iluminación, riego y césped sintético.
En 2008 se compraron 2 tribunas tubulares, cada una con capacidad para 200 personas.

EL ORIGEN

Quienes conocen la historia del club, cuentan que el nombre “Boxing Club” fue votado por sus fundadores, un poco por tratarse de una denominación deportiva y otro poco porque Alfonso Martínez, primer vicepresidente del club, era un apasionado por el boxeo, aunque siempre dejó en claro que en la institución que estaba por nacer, se practicarían todos los deportes para servir a la sociedad social, cultural y comunitariamente.
La casaca siempre fue la tradicional verde y blanca de rayas verticales y el fútbol el deporte principal que, en sus primeras hazañas, compitió con rivales como Estrella, Neutral, British, Neptuno y Olimpia, quienes fueron quedando en el camino.

Cuando en 1925 se fundó el Club Deportivo Hispano Americano, el Boxing se enfrentó, por primera vez, ante un rival futbolístico digno, y más allá de las numerosas competencias que los encontraron en la cancha mano a mano, quedó sellada la tradicional rivalidad, pero también una amistad entrañable que unió para siempre a las dos entidades pioneras.

LOS CREADORES

Esa misma historia advierte que surgió de forma modesta mediante un grupo de jóvenes que ansiaban “tener un hogar propio, el club de sus sueños”.

Así fue como “la casa del señor Baltazar Bazán” fue el espacio donde se generaron las bases constitutivas de este club que hoy se convirtió en una obra perdurable a través del tiempo.

Así nace este exitoso club deportivo y social. Por aquel entonces, los jóvenes fundadores se encargaron de encontrar socios que les permitieran engrosar sus filas, conseguir aportes y unir valores. Y si bien todo comienzo es difícil, el sueño estaba encaminado. No existían vallas para estos soñadores que sabían lo que iban a lograr. El milagro de la perseverancia se cristalizó en hechos concretos y el club, tildado en sus inicios como “el club de los pibes”, creció y nunca paró de hacerlo, hasta alcanzar su siglo de vida.

A JUGAR
Durante años, la Asociación de Fútbol de Río Gallegos funcionó con los clubes de la época. Al Club Progreso le siguieron la Sociedad Sportiva de Río Gallegos, el Atlético Boxing Club, el Club Deportivo Hispano Americano, el Club Olimpia bajo la presidencia de Ramón Gómez, y el Club Boca de Río Gallegos; entre otros.
La mayoría surgía de equipos que -a comienzos de siglo- jugaban en la canchita del recién nacido Colegio Salesiano y representaban a las colectividades que se iban asentando en el pueblo.
Desde el Neptuno “de los portuarios”, el Independiente con su celeste y blanco, el British y el Bristol de los ingleses y sus descendientes, el Deportivo Sarmiento y el Club San Martín, hasta el Club Belgrano, todos ellos se transformaron en el Atlético Boxing Club desde 1920, cuando lucían los colores verde y blanco en las tardes del Salesiano.
La gran mayoría de los equipos se transformó en instituciones que se gestaban a la par de una necesidad organizativa que trascendía a los partidos domingueros. Dicho en otras palabras, el fútbol y las organizaciones comenzaban a formarse.

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