Columna de opinión

El Club del Juguete, entre las colecciones y la nostalgia

Escribe Juan Stewart.​

31/03/2024 • 12:43

La historia del Club del Juguete arrancó con menos de diez coleccionistas que nos juntábamos para intercambiar los autitos Hot Wheels en la Biblioteca del Complejo Cultural de Río Gallegos. Después de peregrinar por varios lugares de la ciudad, mientras los interesados iban incrementando su número, decidimos hace tres años formar el Club que administro junto a Nico Almada.
Estuvimos en Cenines, el SOEM, el Colegio Fátima, el Boxing y la Sociedad Rural, hasta recalar en el Centro Gallego donde funciona actualmente el primer domingo de cada mes con entrada libre y gratuita.
Además de los juguetes propiamente dichos, tenemos una parte de nuestros integrantes que se dedican a los elementos de colección como vasos, remeras o stickers. Quienes visitan la feria además de comprar, pueden también libremente vender juguetes o hacer trueques.


Si comparamos con lo que fueron nuestros inicios, la oferta se ha ampliado enormemente. Hay coleccionistas de piezas de figuras de Batman, Iron Man, Barbie, Star Wars y otros, los autos Hot Wheels y Duravit en varias escalas. En indumentaria hay buzos, remeras y todo tipo de accesorios. También tenemos libros, revistas, figuritas, álbumes, posters y stickers. Una gran variedad distribuida en más de treinta mesas.  


En el Club también hacemos el contacto para realizar impresiones 3D de piezas que falten en alguna colección y para hacer reparaciones o restauración de juguetes. Hace poco una docente me pidió ejemplares de las revistas Billiken y Anteojito para mostrarle a sus alumnos cómo nos educábamos algunas décadas atrás.


Conozco visitantes que sólo fueron a curiosear y terminaron comprando cosas que no pensaban que iban a encontrar: libros, figuritas o juguetes. Hay un rinconcito para la nostalgia que es parte del ADN del coleccionista, gente muy particular. Muchos de ellos no quieren compartir sus piezas en nuestros encuentros porque no les gusta hacerlas públicas, pero se nutren de las ferias para aumentar sus colecciones.


Las redes sociales han sido fundamentales para nuestro crecimiento. En grupos de whatsapp se hacen compras, ventas, trueques y todo tipo de negocios. Igual que las promociones de las reuniones mensuales que organizamos, cuya difusión multiplican las redes. Este modelo de club es único en la Argentina. Hay sí muchas ferias en ciudades grandes, pero no son exclusivas de los juguetes y su mundo.


El público que asiste a nuestros eventos es muy variado. Tenemos un nene de 9 años que compra y vende juguetes. Hay niños que coleccionan figuritas y gente grande que adquiere cosas que le recuerdan a su infancia. Un abanico muy amplio que también incluye a chicos con capacidades especiales, algo que nos motiva mucho y nos pone muy felices.
En Santa Fe todavía sobrevive la única fábrica de bolitas del país y recientemente sacaron una hermosa colección de la Scaloneta con todos los jugadores, que varios de nuestros miembros ya quieren sumar a sus trofeos.


Tenemos visitantes del interior de Santa Cruz. Vienen de Caleta Olivia, Puerto San Julián, Río Turbio, El Calafate y también de Comodoro Rivadavia y Punta Arenas. En cada una de nuestras reuniones contamos con un espacio gamer, una sala de juegos para que sin costo los chicos se entretengan con sus campeonatos. Es un segmento que nos suma un público joven y nuevo.
Hubo muchas cosas curiosas y particulares que hemos visto desde que se inició el Club, como conocer a un vecino de Puerto San Julián que es el coleccionista de Mazinger Z más importante del país. También vimos autitos de plástico inflado, como los Torino en distintas escalas, al igual que autos de chapa y otros de madera.
Nuestro próximo encuentro es el domingo 7 de abril de 14 a 20hs en el Centro Gallego de la capital provincial.

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