Política

La Justicia tiene más expectativas con que Alicia cumpla con la ley de Salud Mental

Santa Cruz es pionera en esta ley que cambia el paradigma de la salud mental. Sin embargo, no se cumple porque el Gobierno no garantiza los dispositivos. La Defensoría Oficial intimó reiteradas veces al Ministerio de Salud pero confirma en que el recambio de autoridades generará otra dinámica “Alicia Kirchner estuvo comprometida con la Ley a nivel nacional” dijeron.

  • 30/11/2015 • 07:00

Hay dos factores que hacen que la Ley de Salud Mental sea un orgullo para Santa Cruz. La primera es que su sanción y aplicación está vigente mucho antes que el resto de otras provincias del país que, muy tímidamente van dejando de lado la “manicomizacion” de los pacientes. Por otra parte, en Rio Gallegos, la UNPA puso en marcha con éxito la carrera de Acompañante Terapéutico, una figura que las prepagas reconocen y que tiene un mercado laboral cada vez más amplio.

 

La Ley Nacional 26.657 sobre salud mental en la Provincia de Santa Cruz fue reglamentada en abril del año pasado. El Ministerio de Salud es la Autoridad de Aplicación  debiendo establecer los lineamientos y actualizaciones del Programa Provincial de Salud Mental y Patologías del Consumo, ampliando el mismo a un Plan de Salud Mental y Patologías del Consumo.

 

La norma establecía que en un plazo no mayor a tres años, el Poder Ejecutivo debía incluir en los proyectos de presupuesto provinciales un incremento en las partidas destinadas a salud mental, hasta alcanzar un mínimo del diez por ciento (10%) del presupuesto total que se destine para la salud.

El artículo noveno de la ley ordenó a la Defensoría General ante el Tribunal Superior de Justicia, la creación del Órgano de Revisión que tendrá por objeto proteger los derechos humanos de los usuarios de los servicios de salud mental.

 

Esto se cumplió y “es un orgullo para nosotros, casi ninguna provincia lo tiene” ponderó días atrás el defensor General de la Provincia, Domingo Fernández,  cuestionando al Ministerio de Salud, porque “tiene problema en generar los dispositivos necesarios para que sean tratadas personas con problemáticas de adicciones, inclusión social, vinculación con la familia” e incluso “no tenemos los acompañantes terapéuticos que quisiéramos, no tenemos la cobertura social ni un engranaje con el Ministerio de  Desarrollo y Salud por eso nos vemos obligados a intimarlos y los jueces de familia intiman y a veces aplican multas”

 

En este punto, el funcionario ratificó la publicación de TiempoSur que semanas atrás adelantaba la posible demanda contra funcionarios de los ministerios mencionados, en función de que pese a los fallos judiciales, el Estado no cumplía con la garantizarían de la ley.

 

“Nosotros quedamos como los malos de la película. Lo que hacemos es custodiar a los habitantes de Santa Cruz que padecen un flagelo como la problemática de la salud mental y también custodiamos a la provincia porque hay algunas leyes que han sido sancionadas por organismos internacionales. No queremos que  la provincia tenga sentencias condenatorias por cortes internacionales de los derechos humanos” advirtió Fernández, para quien “cuando hay una vulneración de derechos como ahora, un Defensor Público no tiene otra opción que denunciar” y en este caso “vemos que no hay cumplimiento” lamentó.

 

Asimismo, “estamos redoblando esfuerzos para que la Ley de Salud Mental tenga aplicación en Santa Cruz y ahora con el recambio de autoridades tenemos más esperanza porque Alicia Kirchner estuvo muy comprometida con la ley a nivel nacional” agregó.

 

La carrera de Acompañante Terapéutico sólo se puede estudiar hoy en la Unidad Académica de Rio Gallegos (UNPA). Con una exigencia de 1.600 horas, es decir unos dos años y un cuatrimestre, los alumnos suelen tener ofertas de trabajo incluso antes de recibirse.

“Un acompañante terapéutico es una figura casi que es creada en la Argentina. Crece con las necesidades de la gente y lo que llamamos patologías de la vida de relación: discapacidad, enfermos terminales, adicciones. Esto hace que las prepagas requieran y la Ley de Salud Mental recrea la figura del acompañante terapéutico como una figura preponderante para que se cumpla la ley” sostuvo Guillermo Rodríguez, docente y responsable de la carrera.

 

Bajo la premisa que los alumnos pudieran hacer prácticas, se pactó con el Centro de Salud Mental para hacer observaciones participantes y seguir el cumplimiento de la Ley de Salud Mental.  Desde hace dos años se lleva a cabo un “proyecto de inclusión que se llama ‘Ocupándonos’ que se trabaja solo con pacientes externados” comentaron unas alumnas de la carrera.

 

Sin embargo, el problema se da en aquellos usuarios que no tienen acceso al centro. En los que padecen patologías severas del consumo, en los que no tienen familia que les de contención ni les acerquen medicamentos, en definitiva en los que están atravesados por una situación social gravísima.

 

“Hay que cambiar, años, décadas de mal funcionamiento. Uno que conoce otras instituciones,  son procesos que se van a tener que ir llevando adelante seguramente con funcionarios públicos que tengan que hacer may9res esfuerzos” dijo el responsable de la carrera, para quien “el usuario de la Ley de Salud Mental debe ser incluido, y a la comunidad debe tomar consciencia que debe hacerlo”.

 

Vale mencionar que por ejemplo, una institución que se acercó a los ayudantes terapéuticos fue LALCEC, bajo la premisa de que los enfermos de cáncer en su etapa terminal pudieran contar, a través de sus obras sociales, con esta figura. Eso, es algo que también contempla la ley.