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Gritos, una comunicación violenta

El grito es una respuesta emocional que implica agresividad. Es una expresión de emoción agresiva a un estímulo, al que considero amenazante…

  • 08/10/2015 • 13:25
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El grito es una respuesta emocional que implica agresividad. Es una expresión de emoción agresiva a un estímulo, al que considero amenazante… Por ejemplo:

A le grita a B y éste se calla. En realidad es una discusión por el poder, ya sea en la pareja, en un trabajo, en un grupo de estudio, etc.

Si el grito es muy intenso no hay que enfrentarse, no hay que contestar, porque eso puede empujar a la agresión física. LA SUGERENCIA ES: Poner un límite al grito: “hablemos pero sin gritarnos”; “si gritamos no podemos hablar y reflexionar” o “así no quiero hablar, hablemos más tarde”… Y de esta forma posponemos el tema, para charlarlo más tarde, pero cuando el ánimo esté calmo.

¿Cómo manejarnos si las discusiones son constantes en una pareja?

Supongamos que ella se queja a él y dice: “sacá la basura”, al otro día es: “acomodá la ropa”, al otro el mismo u otros temas: “limpiá, cortá el pasto, etc.”. Supongamos que él lo hace, va cumpliendo con esas tareas, pero siempre aparece u requerimiento más, porque lo que anda mal no es la tarea, sino el vínculo que los une. Ella plantea las tareas pero el tema que subyace es el vínculo: PRESTAME ATENCIÓN!!!...

Y cuando los planteos son de él hacia ella, siempre (aclaremos que estamos hablando siempre de algo constante) es por falta de espacio personal que hay en ese vínculo.

 ¿Qué puede hacer el “gritón” para dejar de serlo?

Primero debemos entender que grita es una señal de debilidad, hay que trabajar en la estima. Por eso hay que pasar del grito a la NEGOCIACIÓN, salir de la lógica “ganar-perder” que sin querer nos introduce en un “todo o nada”, “matar o morir” a la lógica de “ganar-ganar”.

 ¿Cómo manejar los gritos con nuestros hijos si no me obedecen?

El grito nunca es un límite, lo que muestra es mi dificultad de poner límites al asunto. Por ejemplo: supongamos que le decía a tu hijo: “guardá los juguetes”, “acomodá tu habitación”, etc. Es decir, le decís A, luego le decís B, luego C y gritas.

Éste último, EL GRITO, es la sanción que tu hijo obedece, pero NO REGISTRÓ EL LIMITE QUE ES PREVIO. El grito no da el aprendizaje, el niño no obedece el límite sino la sanción, por eso él ordena su dormitorio, pero no registro las llamadas anteriores de atención. Entonces el enojo saltó límite, pero no incorporó la tarea.

¿Qué puedo hacer si me jefe me grita?

Bueno, podemos reaccionar de dos formas:

a- Mirarlo a los ojos: esa es una actitud de firmeza, y decirle “Ok, pero por favor no me grite”. Ese es un límite calmo pero firme.

b- Hacer algo raro, medio loco para desorientar: por ejemplo: pararse y moverse; y ante la pregunta de : 2¿qué estoy haciendo” se puede responder: “cuando me gritan siento deseos de moverme”. Eso descoloca y saca de la lógica “yo te grito y vos te callás”.

 

Por Lic. Bernardo Stamateas

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