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Corralón de secuestros: un frente abierto para la Secretaria de Gobierno

El mes pasado, uno de los trabajadores del lugar reveló a TiempoSur la delicada situación que atraviesa el corralón de secuestros y días atrás, el dueño de un auto mostró pruebas de que su vehículo fue literalmente desmantelado. Grasso habría prometido sumarios y hacer público el tema.

  • 30/08/2015 • 11:22
La preservación de los vehículos responde a la Secretaría de Gobierno.
La preservación de los vehículos responde a la Secretaría de Gobierno.

El 6 de agosto, TiempoSur publicó una nota titulada “Denuncian robo de autopartes y estéreos a los vehículos secuestrados” en la que se ponía en evidencia nuevamente que el área no cuenta con personal policial, de seguridad privada, ni cámaras de vigilancia. 
 
Un trabajador del área, que prefirió dejar su nombre en reserva, hizo saber a este diario cuál era la situación que se vive en el depósito de vehículos secuestrados por Tránsito municipal, advirtiendo que el vandalismo es cotidiano así como los robos en los autos, todo ello por falta de seguridad.
 
El Depósito Municipal, emplazado en calle Paseo de los Arrieros, frente a la autovía 17 de Octubre, no tiene control policial ni de seguridad privada. Actualmente la comuna se vale de trabajadores que cumplen las veces de “serenos aunque no tenemos las herramientas para frenar los robos”. El sector “tampoco tiene garitas ni cámaras de vigilancia” dijo.
 
Cuando un vecino va a retirar su vehículo y éste fue siniestrado, los responsables de Depósito le piden a los dueños de los autos que realicen la denuncia y recién después de esa diligencia les será entregado el coche.
 
Sin embargo, muchos prefieren no perder tiempo en tramitaciones entendiendo que podrían ser infructuosas y prefieren retirar sus unidades en el estado en el que se encuentran.
 
Esta semana, un vecino acudió a los estudios de Tiempo FM para denunciar lo que ocurrió con su rodado, un Ford Falcon que desde hace dos años está secuestrado y que, a juzgar por las fotos que trajo al medio, fue literalmente desmantelado.
 
“El auto entró andando” dijo el vecino de apellido Salazar luego de comentar que incluso se quejó ante el intendente Pablo Grasso, quien se comprometió a iniciar sumarios contra los responsables.
 
“La nueva gestión se está comiendo un garrón pero esto no puede ser. Cuando vayan los dueños a ver cómo está eso se van a encontrar con una tremenda sorpresa” indicó indignado, ya que a su auto le faltan “la caja de cambio de cuarta, luneta, parabrisas, espejos. Vos por un paredón no te llevas todo eso” deslizó, infiriendo connivencia entre los propios trabajadores del Corralón que desde hace tiempo hablan de la existencia de malvivientes que por las noches “saltan los paredones”.
Salazar se mostró también ofuscado porque en el Juzgado de Faltas le habrían dicho que su auto está dado de baja pero “el único que lo puede hacer es el registro del automotor y si yo tengo un informe de dominio vigente y un 08 firmado, significa que es mío”.
 
En este punto, vale mencionar que muy al contrario de lo que muchos de los propietarios creen, el Juez de Faltas no es el responsable del cuidado de los vehículos secuestrados, sino que esa competencia corresponde a la Secretaría de Gobierno.
 
De hecho, los serenos son de esa área y el playón en donde están los vehículos es alquilado y los recibos son firmados por esa cartera municipal. Así, el Juzgado sólo cobra las multas y manda los oficios para que se restituyan los bienes.
 
Lo cierto es que la situación de los vehículos secuestrados forma parte de un  descalabro que viene de larga data.
 
Luego de asumir como intendente en reemplazo de Raúl Cantín, Pablo Grasso dio su primera entrevista a los medios en Tiempo FM, ocasión en la que adelantó que llevaría a cabo un remate de esos vehículos que se realizaría en dos etapas. La primera con un importante descuento para los trabajadores municipales, y con lo que quede, se hará uno abierto a toda la población.
 
Un dato interesante si se quiere conocer cuál es el estado de situación es tomar contacto con la cantidad de vehículos que podrían ir a remate y compararla con el volumen de coches que hay en el corralón.
Así, se podrá conocer qué pasó con la diferencia que, de no rematarse será vendida como chatarra, siendo que en todos los casos, los vehículos ingresaron al predio andando.
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