Política

Grasso pidió “respeto hacia todos” al convocar al diálogo al SOEM

El Intendente se mostró preocupado por superar el conflicto, por los municipales y los vecinos. Respondió a las acusaciones del titular gremial Pedro Mansilla y por la negativa a analizar juntos las cuentas del municipio. Pablo Grasso pidió cautela y respeto, e insistió en la invitación para corroborar también si hubo fiesta como acusa el SOEM y quienes fueron los invitados.

  • 30/07/2015 • 07:00

El intendente Pablo Grasso salió ayer al cruce de las manifestaciones del secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (SOEM), Pedro Mansilla, luego de que el dirigente afirmara que no había sido convocado a reunión y explicara el rechazo del sector a participar de una auditoría de las finanzas municipales.

El Jefe comunal dijo haber llamado personalmente a Mansilla y se mostró dolido por escucharlo tan enojado: “Tiene que tranquilizarse”, evaluó, al tiempo que por su parte garantizó que seguirá utilizando “los mismos canales de respeto, como con cada uno de los trabajadores”.

“Tenemos que seguir hablando y entender que también la ciudadanía necesita tener un corte”, enfatizó el ex Concejal, que asumió como Intendente por la renuncia de Raúl Cantín a cuatro meses del conflicto, y dijo que el mismo día de su asunción, el viernes, se cruzó con el titular gremial que había sido convocado por el Bloque de la Unión Cívica Radical al Concejo Deliberante.

Grasso aseguró que encontrarán en él “todas y cada una de las herramientas necesarias para poder trabajar, poder salir de esta complicación y que no tenga duda de los cambios de escenario”, que consideró “tiene que ser una instancia superadora”.

Por los mismos micrófonos de Tiempo FM que se había expresado el gremialista, el Jefe comunal pidió “por favor, el respeto hacia todos, tratar de seguir dialogando como lo hemos hecho siempre”.

Grasso habló de una deuda de $ 14 millones del municipio, con distintos proveedores, incluyendo al SOEM en su cuota sindical, a razón de $ 600 mil mensuales, en respuesta al gremialista, que antes había evaluado la necesidad de generar el ahorro, a partir de las horas extra, las horas máquinas alquiladas, la pauta y los gastos reservados.

 

Fiesta. El Jefe comunal evaluó que “hay que ser tranquilos, realistas y cautelosos, para no cometer errores, como se cometen, tratando de llevar la discusión a un lugar adonde no vamos a ir, porque lo que queremos es vivir en democracia con mucho respeto”. Respondió así a las aseveraciones de Mansilla, acusando malas intenciones en la convocatoria a una auditoría, sólo para confirmar que “después de la fiesta” no queda nada para atender la demanda de los trabajadores.

Grasso le pidió que se tranquilice e invitó al SOEM al municipio que dijo, “tiene las puertas abiertas, tanto para ellos como para cada uno de los vecinos de la ciudad, como tiene que ser”.

En cuanto a la auditoría, dijo que se trata de “abrir la puerta y blanquear la situación de todo lo que fue el funcionamiento”, mientras que “si hubo fiesta o no hubo fiesta como dicen, veremos quiénes fueron los invitados”.

Por caso mencionó Grasso que el municipio está haciendo el listado de personal, donde aparecen aseguró “familiares de  un montón de gente, que no únicamente es funcionaria municipal, sino también gremialistas”, y aseguró que dirá todas y cada una de las cosas que vea.

Por eso afirmó “no se tienen que poner nerviosos, tienen que estar tranquilos y tenemos que ir todos para el mismo lado, que es tener una ciudad ordenada, justa, donde el que quiera trabajar trabaje y el que quiera hacer huelga la haga, con el respeto mutuo que tenemos que tener como vecinos de la ciudad”.  

Grasso, quien más tarde se presentaría en la zona de la costanera, para saludar a municipales, juntas vecinales, cargos políticos y militantes reunidos para levantar la basura, dijo que si tiene que hablar uno por uno con los empleados municipales lo hará, “me conocen, algunos me tratarán bien, otros muy mal, pero lo voy a hacer”.

En este contexto pidió a Mansilla que “por favor baje un poco los decibeles, que se tranquilice, que lo he llamado vía telefónica en varias oportunidades, sé que ha recibido la llamada”. “Si quiere una invitación formal, por mesa de entradas la haremos” –continuó diciendo Grasso-, no obstante advertir que “la pelea evidentemente no es con nosotros, sino que es difícil volver de una medida tan dura durante cuatro meses”.

El Jefe comunal reconoció el enojo gremial por la administración y dijo también haberlo cuestionado desde el Concejo Deliberante, “queremos cambiar eso, lo vamos a cambiar y no queda mucho tiempo, más allá de la situación financiera hay una situación política que tenemos que arreglar rápidamente”.

Por otra parte aclaró, cuando ayer cobraba su salario de junio el personal jerárquico, que al igual que lo había hecho el ex secretario de Gobierno Roberto Toledo, en un 75 a 80% conforma personal de planta municipal: “No nos vamos a quedar sentados, ni vamos a estar desesperados llamando a Buenos Aires o al Gobierno provincial para tener la plata”.

Grasso enfatizó en la búsqueda de un municipio sustentable, que contenga tanto a los trabajadores como a los vecinos, “todos tienen que estar adentro porque la Municipalidad es de todos”, afirmó.

Grasso, que dijo haber juntado en concepto de caja, el primer día $ 500 mil, $ 370 mil el fin de semana, $ 110 mil en recaudación tributaria, $ 226 mil pesos el lunes, “si nos ayudan vamos a poder salir, y después, discutir los excedentes que quieran después de cubrir salarios, como se pueden distribuir entre los trabajadores”.

“No hay que tener rencores hacia los políticos, porque hay buenos y malos, como también para los dirigentes”, afirmó, recomendándole a Mansilla “que se catalogue en cuál quiere estar y salir de esta postura tan dura que puso hace más de cuatro meses a la ciudad en vilo”.

 

Intenciones. “Como ahora no hay nada tenemos nosotros que ir a ver cómo está la Municipalidad”, se había quejado Mansilla al explicar la negativa gremial a participar de la auditoría de la comuna. Advirtió el dirigente que en una jornada maratónica se fue Cantín y asumió Grasso, quien procura ordenar las cosas y los convoca –según él- no con buenas intenciones: “Se quiere especular que los propios trabajadores digan que acá no hay nada”, expuso.

Mansilla aseveró que “no es caprichosa la decisión, pero ahora como no hay nada tenemos nosotros que ir a ver cómo está todo”, reiteró, sosteniendo que no es el trabajador el culpable del vacío, sino el arco político y los funcionarios.