Info General

Piden cámaras de vigilancia en el cementerio para frenar ola de vandalismo

Los hechos de ultraje a las necrópolis suceden en muchas localidades pero a lo largo de los últimos años, Puerto Deseado viene sufriendo casos de los que no estuvieron exentos los familiares de funcionarios públicos. En 2007 un macabro hecho saltó a las primeras planas nacionales.

  • 26/05/2015 • 00:00
La necrópolis deseadense sigue siendo objeto de inadaptados. (Foto archivo 2011)
La necrópolis deseadense sigue siendo objeto de inadaptados. (Foto archivo 2011)

Las roturas de vidrios, de lápidas, la sustracción de las ofrendas y el robo de las placas de bronce son una constante en el cementerio de la localidad de Puerto Deseado y razón por la cual desde el Concejo Deliberante se solicitaron medidas de prevención.

Durante la última sesión, la tercera en lo que va del año, el concejal Gustavo González presentó un proyecto de Resolución mediante el cual solicita al Ejecutivo municipal, en la figura de Luis Ampuero, que haga efectiva la instalación de cámaras de seguridad y personal de vigilancia durante las 24 horas del día en el cementerio local, “como atenuante frente a los reiterados hechos vandálicos ocurridos en ese sector”.

Las quejas de los vecinos sobre el estado del campo santo son una constante en esa comunidad portuaria, de la que se hizo mención en los medios nacionales a raíz de un macabro hecho que involucró al cementerio local.

Sucede que en mayo de 2007, la policía allanó una vivienda del barrio 330 Viviendas, de la cual fue arrojado el cuerpo de un bebé menor a un año que había sido arrancado de un panteón del cementerio local.

“Huguito” que es como se llamaba el niño, había fallecido hacía más de 65 años y su cuerpo estaba en manos de un joven que incluso lo había llevado al colegio para exhibírselo a unos amigos.

 

Varios años después, en 2013, la directora municipal de Inspección General y Bromatología, Carina Urrutia, hizo pública su consternación por la rotura de nichos y tumbas en los que los perjudicados “son familiares de funcionarios políticos de Puerto Deseado”.

También en esa ocasión el reclamo era que la comuna pudiese disponer de los servicios de un sereno las 24 horas, ya que los turnos de los empleados de la necrópolis solían culminar a las 18:00 y los desmanes se daban en horas nocturnas.