Política

Abal Medina habló de su padre, Máximo, la oposición y las deudas pendientes del kirchnerismo

El Senador nacional visitó ayer los estudios de Tiempo FM para hablar del rol a futuro de la Presidenta, de la figura de Maximo Kirchner, la falsa denuncia de cuentas no declaradas en las que figuraba su hermana, a su vez hija de Nilda Garré, pero también de la oposición encarnada por Macri y Massa.

  • 25/04/2015 • 00:00
El senador Juan Manuel Abal Medina junto a su par Pablo González ayer en Tiempo FM
El senador Juan Manuel Abal Medina junto a su par Pablo González ayer en Tiempo FM

¿Qué rol cree que ocupará la presidenta Cristina Fernández de Kirchner después del 10 de diciembre?
 
Cristina va a ser la jefa política de nuestra fuerza. La conductora del proyecto que compartimos con una dirigente en el plano internacional. Cuando uno ve la relevancia que tiene esta visita de estado a un país de relevancia histórica y actual como es Rusia, lo que fue su participación en China, el país que está transformándose en la primera economía global, sus discusiones en el G20, sus discusiones con Obama y los principales dirigentes del mundo, vemos a una dirigente a escala global.
 
¿Sigue pensando la política en términos académicos por el distanciamiento que generó con su padre?
 
A la política la viví, la sufrí desde muy chiquito. De recordar un acto en la campaña del ‘73 cuando me regalo un gran juguete o cuando lo conocí al general Perón en el ‘74 que me regaló un huevo de pascua muy grande con el escudo de Argentina y yo, en broma, digo que me hice peronista por el chocolate.  Pero no verlo a mi viejo, verlo por última vez en una esquina olvidada en Valeria del Mar cuando ya estaba la dictadura, que me baja de un auto, nos da un besito a cada uno y no lo vemos por cinco años, el exilio, tener que ir afuera, cambiar 15 veces de escuela entre mi primaria y mi secundaria marcaron. La política siempre significo lo bueno y lo malo para mí. Quizás fue eso lo que me llevó a querer estudiarla y después también querer transformarla.
Creo que dejé de querer estudiarla cuando tuve la suerte histórica de cruzarme con Néstor Kirchner, que me mostró que esos viejos ideales que yo tenía, y que sólo aplicaba desde la teoría, se podían hacer realidad.
 
¿Qué lógica tiene que en la década “ganada” haya crecido tanto un partido como el PRO?
 
Esto está muy estudiado como fenómeno. Son a las que se llaman agencias electorales y “catch all party”, está muy estudiado en la literatura. Arman sectores empresariales, el modelo más conocido fue “Forza Italia” de Berlusconi, que armó su propio partido, le puso ese nombre con el himno que se cantaba en una cancha de futbol. Y el PRO tiene eso, dirigentes de mucho poder económico que contratar agencia de márquetin, eligen un color, un símbolo, un logo y con eso van a elecciones.
Es útil como canal de expresión alternativo a proyectos políticos de inclusión. Básicamente el PRO, como surgimiento tiene mucho que ver con reacción frente a lo que somos nosotros. Muestra al sector que mejor está y cuida de los intereses de los que mejor están.
El PRO expresa esto con las limitaciones de ser una fuerza centralmente porteña, por eso vemos que para ir a otra provincia agarra un dirigente acá, un cómico, un ex árbitro, lo que no está mal. Pero cuando solo es eso, muestra que a esa fuerza le falta mucho para ser un partido político.
 
¿Compartió la gestión con el líder del Frente Renovador. Massa fue siempre Massa?
 
Massa siempre fue Massa, sí. Yo lo conocía cuando él estaba a cargo de la ANSeS, después cuando fui su vicejefe de gabinete en la Jefatura de Gabinete. Siempre fue un dirigente muy individualista, muy creído de sí mismo, que trabajó bien, Néstor y Cristina no se equivocaron de ponerlo.
Trabajo muy bien en la ANSeS, pero yo creo que se dejó llevar por los sectores de poder y produjo ese resultado electoral de la última elección parlamentaria que tuvo que ver, básicamente, con que mucha gente lo votó creyendo que era nuestro. Porque la gente se acordaba del Massa que entregaba jubilaciones, del Jefe de Gabinete de Cristina. Lo veían más nuestro que quizás otros candidatos. El navegó con esa indefinición, pero cuando va pasando el tiempo tiene que empezar a hablar y cuando lo hace, agarra las encuestas y lo repite y esa es la contracara de lo que nos enseñó Néstor y lo que hace Cristina.
 
Luego de los carteles que aparecieron en Capital Federal: Máximo al Gobierno, Cristina al poder, ¿qué opina del hijo de la Presidenta y dónde lo ve?
 
Qué va a hacer lo define él. Siempre que me preguntaban por Máximo, yo decía lo que pienso, que es un excelente dirigente, muy capaz, y todos me miraban con caras de que era un obsecuente y decían ´uh este pelotudo´ o que hablaba para quedar bien con la mamá, la Presidenta (risas). Pero por suerte, a partir del acto en Argentinos Juniors muchos se sorprendieron y el efecto que causó fue ese porque se habían convencido de un discurso contradictorio, en el que a Máximo sólo le interesaba jugar a la Play, pero, a su vez quería llenar de compañeros los espacios. Se vio lo que realmente es, y eso generó una muy buena recepción por un lado, pero también mucho miedo por otro.
Gran parte de esas acusaciones salvajes, ridículas y berretas que se tiraron contra él en cuatro meses es por el miedo que causa, porque vieron que era un dirigente enormemente capacitado por haber acompañado a dos monstruos de la política y eso explica los disparates que estamos viendo todos los días. Las cuentas de 40 millones de dólares, a esa cuenta supuestamente la tenía Máximo con mi hermana, Paula, que ni lo conoce ni milita, es una investigadora del CONICET. Eso muestra el miedo que una figura como Máximo causa y el mismo día que se iban a dar a conocer los titulares de las cuentas (HSBC), entre ellas Cablevisión con cien millones de dólares ocultos en Suiza.
 
 
¿Qué sucedió para que Daniel Scioli sea hoy la máxima expresión del kirchnerismo?
 
En términos de encuestas es, de los pre-candidatos nuestros, el que mejor mide. No es casual. El fue el que Néstor eligió como vicepresidente y después Néstor y Cristina como gobernador del distrito más poblado de la Argentina. Pero lo mejor del FPV es que está presentando a la sociedad candidatos probados. Hablamos de Jorge Taiana, un dirigente seis años preso, un excelente canciller, Agustín Rossi, nuestro líder parlamentario, Uribarri, un gobernador de primera, del mismo Aníbal Fernández que está demostrando una capacidad y convicción gigantesca, realmente o Florencio Randazzo que demostró mucho en la gestión. Todos muy buenos compañeros y eso me enorgullece como fuerza política. 
 
¿Es posible gobernar sin cepo o sin impuesto a las ganancias en la Argentina actual?
 
Cepo no hay, es un instrumento de tortura medieval. Lo que quieren construir, instalando ese nombre, por la importancia que tienen las palabras, es algo muy real. El año 2014, en importaciones, los argentinos pagamos más de 60 mil millones de dólares, 13, 14 mil millones se pago de servicios externos, 3 mil el pago de deuda externa. Es decir que cuando se habla de esto, estamos hablando de restricciones al dólar para ahorro y para turismo, una mínima parte de lo que es el tema del dólar. Difícilmente un cepo va a ser para algo que es sobre el 1%. Lo que hay en Argentina, es un manejo de administración de las reservas que son en moneda que nosotros no tenemos. Ojalá imprimiésemos dólar pero no. Si uno cree que simplemente puede dejarlo libre al azar, puede, pero no está cuidando el empleo, la tasa de desocupación. En política hay que optar y la política es la opción. Esa fantasía de unos candidatos es la fantasía que centralmente es la mentira básica.
 
¿Cuáles cree que son las deudas pendientes del kirchnerismo?
 
Pensar que en 10, 12 años uno puede corregir problemas que son históricos en la Argentina, y que van desde el ‘55 para poner una fecha y que mas brutalmente desde el año 76 en adelante, hacen falta generaciones en el manejo del estado, de lo público. Destruir es muy fácil. 3, 4 leyes destruyen un país. Vino Martínez de Oz y generó decenas de miles de empresas quebradas. Construir es mucho más difícil y para rearmar un tejido industrial, hay que conseguir mano de obra, recuperar la idea de los oficios, generar crédito. Nosotros recién hace 12 años empezamos a tomar esta dirección, lo que falta es enorme. Como decía Evita, “mientras haya un solo pobre en la Argentina va a ser una obligación hacer política”.
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