Además de patologías consumo, área social detectó violencia intrafamiliar y social en los barrios

Además de los problemas de patología de consumos que detectaron los barrios de  Río Gallegos y por los cuales realizaron  en el año diversas tareas de contención,  Alfredo Jaramillo, jefe de Promoción de  Derechos de Niños y Adolescentes del área  Niñez, Adolescencia y Familia de la Municipalidad, indicó que durante el año lo que más le llamó la atención es el aumento de la violencia social e intrafamiliar.

“Estamos viendo una sociedad muy violenta,  y que está agresiva y es un tema que nos llamó la atención. Como oficina de protección que trabajamos con familias que en su interior se producen vulneración de derechos de niños y adolescentes. Y hay mucha violencia y si bien hay más denuncias, porque por suerte se denuncia más ahora, también hay mucha violencia intrafamiliar y social”, destacó.

“Uno lo nota con cuestiones cotidianas, desde la parada de colectivo hasta en los accidentes de tránsito, porque esto está vinculado con problemáticas sociales y obvio no es aislado”, precisó.

Destacó que esto “tiene que ver con los problemas sociales económicos y hasta psicológico emocional. Se genera un nivel de violencia que se debe trabajar desde en un punto de vista multidisciplinario,  porque es multicausal. Es decir, no hay una receta, todas las familias son distintas y en los barrios donde cada uno tiene una realidad en particular”, sostuvo y abundó “cada familia y barrio es singular”.   

El equipo del área social trabajó en los barrios Evita, Gaucho Rivero, Madres a la Lucha, Del Carmen y Belgrano.

“Todas las realidades son complejas, pero los barrios tienen potencialidades distintas, por ejemplo hay barrios como el Belgrano con una fuerte pertenencia institucional, el Evita con la presencia de muchas organizaciones sociales”, vertió.

Naturalizado

También allí detectaron el consumo de  drogas legales e ilegales que es una problemática “que no está erradicada, hay que ser reales”, advirtió. “El consumo de sustancias llegó al nivel de naturizarlo como el alcohol y el cigarrillo. El consumo de drogas ilegales está presente, y también se está naturalizando de forma muy preocupante”, apuntó.   

Indicó que existen muchos adolescentes “de familias disfuncionales, desmembradas, mucha soledad y orfandad social, y eso genera que ese vacío se vaya cubriendo  con el consumo cuando debería cubrirse con lazos afectivos”.

Indicó que para luchar contra estos flagelos, además de la asistencia y contención “la comunidad debe asumir que tienen problema”. “Esta realidad es nuestra y no es de otros. No se asume comunitariamente y esto dificulta el abordaje pero también justifica cualquier tipo de consumo”, apreció.

Según Jaramillo, un vecino o familia ante una patología de esta naturaleza debe acudir en primera instancia al nivel primario de salud o a los centros que están en permanente contacto con el barrio, como la iglesia. “Deben estar  acompañados porque el que consume continúa en el barrio viviendo y la familia se puede sentir muy sola”, advirtió.