“Estoy de acuerdo con el homenaje a Bayer, pero me sublevan los actores”

“El reconocimiento a Osvaldo Bayer, me parece un hito de justicia suprema que le debemos, los argentinos, pero en especial los santacruceños, porque con su obra maestra, La Patagonia Rebelde, sacó a la luz uno de los mayores despojos que sufrió el trabajador de esta meseta, la criminalidad de un gobierno totalmente sometido a los influjos de una burguesía dominante, en un país donde la clase alta estaba deslumbrada por Europa y esclavizaba a nuestros peones de campo en pos de sus riquezas”.

Lo que hizo Bayer al poner en una película y en un libro, aquellos años de arrogancia y autoritarismo, del peor gobierno de Irigoyen, fue tal vez, plasmar el documento más enriquecedor que tiene la historia contemporánea de nuestro país, sobre lo que le ocurrió a nuestros compañeros del  ?20 y el genocidio que planearon las Fuerzas Armadas, la sociedad rural, los terratenientes ingleses y los cipayos que sirvieron muy bien al imperio; pero no debemos olvidar que todo aquello no pasó bajo un gobierno militar, pasó bajo el brazo político de un Radical, el padre del partido que hoy polariza la política en el país, junto con el Peronismo.

Osvaldo Bayer, tal como yo lo considero, es el único eslabón que no se ha cortado en la búsqueda de la verdad, sobre la masacre de los obreros que llevó adelante un militar argentino que no dudó en poner sus armas al servicio de los estancieros ingleses, por orden de la presidencia de entonces.

Quería dejar en claro esto por un lado, porque me satisface y mucho, que este gran hombre, humilde y callado, esté todavía llenándonos de sabiduría y consejo, de historia y enseñanzas. Es muy merecido el reconocimiento a su trayectoria y la pelea por la verdad.

Capítulo aparte se lleva la iniciativa propuesta en Cámara de Diputados, de promover la lectura obligatoria en todos los colegios secundarios de la provincia, de la obra maestra de este gran escritor, La Patagonia Rebelde. Creo, que a esta altura de la vida y de la realidad que Argentina vive, este libro debiera estar instalado como un manual más de aprendizaje en todos los colegios del país, para que los chicos sepan lo que ocurrió, reconozcan a quienes lo hicieron y entiendan que nunca más puede pasarnos. De esta manera, ellos, los jóvenes argentinos que son el presente y el futuro, habrán de buscar los mecanismos para que no sean atropellados sus derechos ni esclavizadas sus libertades; porque nadie sabe lo que puede pasar mañana, en este mundo cada vez más deshumanizado.

Pero lo que no puedo soslayar, aún cuando me esfuerzo por separar estas cuestiones, es la contradicción que me provocan los diputados de Santa Cruz, quienes a pesar de su innegable falta de sensibilidad por el trabajador y hasta diría por la sociedad que dicen representar, han sido capaces de tener esta iniciativa, que aún cuando trato de sobreponerme para no manchar el momento, no puedo menos que reflexionar sobre la hipocresía que mueven los actos de los hombres, cuando las acciones son víctimas de la oportunidad y no del conocimiento ni la conciencia, como en este caso.

Cualquiera que siga el derrotero de la Cámara de Diputados de Santa Cruz y de estos diputados en especial, van a encontrarse con gente que desprecian a los trabajadores y si bien las generalizaciones no son buenas, me gustaría que el que no haya mostrado la hilacha en algún momento de su mandato en la banca a la que tan bien están atornillados, que me lo demuestre.

Han dado muestras más de una vez de tenerle miedo a los trabajadores. Han salido disfrazados, escondidos, saltando por los techos o se han quedado prácticamente a dormir en la Legislatura, para evitar enfrentarse cara a cara con los compañeros que reclamaban sensatez y solidaridad desde las bancas y se han comportado de manera marginal, quienes hoy homenajean a un héroe de las letras que reivindicó la lucha obrera. No es justo que hombres sin convicciones, absolutamente dominados por la política partidaria, que tienen un horizonte corto, de mirada sesgada, sobre lo que pasa en Santa Cruz, que amparan a las multinacionales mineras, que firman a libro cerrado los contratos petroleros, que aprueban “in límine” cualquier proyecto presidencial, aún contra el mismo pueblo; en definitiva que actúan como Irigoyen, Varela y los Estancieros ingleses del `20, produzcan hoy un acto de estas características.

El colmo de las paradojas, acaba de suceder en Santa Cruz. Justamente Bayer, que ha escrito libros de libertades, que ha puesto el derecho de los trabajadores en lo más alto de la conciencia popular y los llevó por el mundo, que ha bregado por la libertad sindical y el derecho universal de todos los trabajadores, el mismo que repudió las acciones de la Justicia , que como el caso del Juez Eduardo Quelín, ordenó encarcelar a los compañeros petroleros de Las Heras, el mismo Bayer que ha trabajado y cuestionado permanentemente a los gobiernos por los atropellos que aún hoy (y más que nada, hoy) sufren compañeros en cualquier rincón del país con la criminalización de las protestas, o el que sacó a relucir la indignidad en que este gobierno y otros, han sumido a los Pueblos Originarios, con el solo propósito de lograr su extinción; éste hombre, precisamente, recibió un merecido reconocimiento de manos de quienes JAMÁS levantaron su mano para defender al trabajador, al compañero en desgracia, a los desocupados o a los compañeros jubilados.

Estos demagogos que hicieron trizas la Caja de Previsión, que asaltaron la Caja de Servicios Sociales, que pauperizaron la salud, nos sumieron en la inseguridad y por razones mezquinas de politiquería partidaria, le han negado sistemáticamente a la provincia los fondos para que el gobierno no tenga excusa a la hora de darle un aumento al trabajador estatal; a estos mismos, nos les ha temblado la mano para reconocer a Bayer o hacer algo tan brillante como firmar una resolución para integrar La Patagonia Rebelde, a la Educación provincial u honrar a un hombre de los kilates de Osvaldo.

Finalmente, quiero decir que es muy difícil para mí, tener que referirme en una misma nota, a dos polos tan opuestos como Bayer y los diputados de la provincia. Es mucho más difícil, reconocer que estos mismos entreguistas, que evitan el contacto con los trabajadores, hayan tenido la bondad de un acto de esta magnitud; pero la vida es así, se compone de claros y oscuros, tal vez, para muchos, que no sabemos de grises cuando de Justicia social se trata, nos cuesta moderar el discurso y poner pausa en ciertos lugares y momentos, para que aparezca todo “políticamente correcto”. Pero quienes nos hemos tiznado en las rutas, que hemos sufrido la falta de trabajo o la herejía de un sistema que a veces no te permitió llevar un peso a la mesa o te condenó a vagar por todos lados para conseguir trabajo, tenemos otro concepto de las cosas y aunque en la misma nota hoy hable de Bayer y los diputados de Santa Cruz, tengo muy claro, que ni por asomo, son lo mismo.