Policiales

Sujeto es juzgado en Comodoro por transportar marihuana a El Calafate

Se trata de para Iván de 29 años oriundo de Santa Fe, y radicado en la villa turística quien comenzó a ser juzgado en Comodoro Rivadavia junto a una amiga por transporte de estupefaciente hacia El Calafate. El Fiscal de juicio solicitó para Becerra una pena de cuatro años y pidió el sobreseimiento para su amiga. 

  • 29/08/2014 • 00:00
El imputado, indicó que “no se conseguía marihuana en todo Calafate y surgió la idea de autoabastecerse
El imputado, indicó que “no se conseguía marihuana en todo Calafate y surgió la idea de autoabastecerse". (Foto gentileza: El Patagónico).

Con la declaración de los diez testigos, la lectura de la prueba documental y los alegatos, concluyó el juicio contra la pareja procesada por transporte de estupefacientes. La Fiscalía acusó por ese delito a Iván y pidió para él una pena de 4 años y 2 meses de prisión, mientras que para Magalí instó el sobreseimiento.

Fallo

A los 4 años y 2 meses que solicitó el fiscal de Cámara, Horacio Arraz, para Iván -a quien acusó como autor del delito de transporte de estupefacientes- desde Rosario a El Calafate, agregó el pedido de una multa por el monto de 5.000 pesos. Ello, tras afirmar que a lo largo del debate, con la prueba oral y documental producida, se logró establecer la actividad ilícita que motivó su proceso y posterior juzgamiento.

Debate

El debate se desarrolló en la sala del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia y estuvo presidido por la juez Nora Cabrera de Monella, e integrado por sus pares Pedro José de Diego y Enrique Guanziroli.

A esa instancia llegó el joven santafecino que actualmente está radicado en El Calafate y su amiga, Magali (de 23) oriunda de Rosario.

Ella se vio involucrada en la causa porque fue quien le envió la encomienda desde Santa Fe a Santa Cruz. El paquete se lo había dejado su amigo en la casa que la chica comparte con su madre, aunque sin especificarle que en el interior de la caja había casi seis kilos de marihuana.

En su declaración la joven calificó a Iván como un amigo de toda la vida, aunque se sintió engañada por la situación en la que terminó involucrada.

 

El que busca encuentra

La droga fue detectada el 17 de febrero de 2012. Ese día coincidieron distintas reparticiones federales, como AFIP y Senasa, en un procedimiento que se realizó en las instalaciones del Correo Argentino, mediante el uso del escáner móvil. Así fue que se detectó el paquete que contenía marihuana.

Como se dijo, en el paquete figuraba un destinatario falso: Mariano Rodríguez y mucho más adelante se especuló con la coincidencia del nombre de la por entonces novia del imputado: Mariana Rodríguez. No obstante, el remitente era real. No así la dirección, aunque esta pertenecía a las inmediaciones del domicilio actual de la procesada. Ella fue la punta del ovillo y como nada tenía para esconder, contó quién le había hecho caer en la trampa. Así se llegó a Iván en otro extremo del país.

En consecuencia, el fiscal acusó al sujeto y pidió el sobreseimiento de la joven, tras lo cual el tribunal pasó a un cuarto intermedio para deliberar y el martes dará a conocer el veredicto.

 

Engañada

La joven quien al parecer habría sido engañada por su amigo “de toda la vida”, como lo calificó en el juicio oral y público fue asistida técnicamente por el abogado particular Pedro José Ferreira y fue la primera en prestar declaración ante el tribunal oral.

Hallazgo

Un procedimiento que el 17 de febrero de 2012 realizó en conjunto el personal de AFIP y Senasa en las instalaciones del Correo Argentino, mediante el uso del escáner móvil de esta última repartición, detectó un paquete que contenía 5.733,81 gramos de marihuana, los cuales estaban acomodados en 8 paquetes envueltos en papel de aluminio y en el interior de una caja.

Tras efectuarse las pericias de rigor, se permitió que la caja siguiera su recorrido y llegase a destino: El Calafate. El destinatario fue identificado como Mariano Rodríguez, aunque nunca llegó a retirarla y después se supo que no existía tal persona. El remitente, en tanto, fue chequeado como real y así se llegó a la joven.

Por esos días esta se encontraba radicando una denuncia en una comisaría de Rosario por un accidente de tránsito que había tenido y la madre la llamó diciéndole que estaba la Policía Federal en su casa.

“Fui enseguida porque pensé que tenía que ver con lo del accidente y ahí me enteré que me buscaban por la encomienda. Les mostré toda la casa; se llevaron mi teléfono y el CPU de la computadora”, declaró la imputada.

En su relato ante las partes aseguró que nada sabía sobre el contenido real de la encomienda.

Un amigo

“Iván es un amigo de toda la vida, fue vecino mío y cada vez que iba a Rosario se quedaba en casa, donde tenía las puertas abiertas a cualquier hora. En un viaje anterior me había contado que quería comenzar con la venta de repuestos de moto en Calafate; incluso un mes ante me pidió que le averigüe unos precios en un negocio del barrio”, dijo la coimputada.

Más adelante, agregó que su amigo le dejó la encomienda en su casa. Ella estaba trabajando y él le encargó a la mamá que le envíen la caja, diciéndoles que eran repuestos de moto, encargándole además que lo declaren como prendas de vestir para que no les cobren tanto el seguro. En un papel le dejó el nombre del destinatario y la dirección, mientras que él viajó en avión a la mañana siguiente desde Buenos Aires.

“Durante varios días me estuvo llamando para confirmar el envío, pero la verdad es que por entonces yo trabajaba casi 15 horas diarias y se me complicaba para mandarla. Incluso me llevaba la caja al trabajo para ir desde allí al Correo, donde tampoco alcanzaba a llegar. Un fin de semana decidí dejarla allí hasta que finalmente hice tiempo y la mandé, colocando mi nombre completo y número de documento”, reconoció.

La imputada contestó todas las preguntas del tribunal y las del fiscal general, Horacio Arranz. Y en su esfuerzo por convencer sobre la veracidad del testimonio, agregó que si hubiese sabido que contenía drogas no habría colocado su identidad real, o la podría haber mandado por otra vía donde no fuera necesario identificarse.

 

Arrepentido

 

Por su parte Iván también accedió a declarar antes de que los jueces le tomasen juramento a los 10 testigos que ofrecieron las partes para el debate.

En su descargo, corroboró gran parte de la coartada de la chica y dijo que todo comenzó después de un asado, cuando se encontraba con amigos y “no se conseguía marihuana en todo Calafate”. Allí surgió la idea de autoabastecerse y fue él quien la compró durante un viaje a Rosario, pagando por los casi 6 kilos algo más de 4.000 pesos.

¿A quién se la compró?, lo interrogó Guanziroli. Y por miedo le respondió que preferiría no decírselo para no seguir metiéndose “en más problemas”.

Después, con voz temblorosa, confesó que hace más de un año no bebe alcohol y que en los últimos meses tampoco consumió marihuana, dedicándose a su emprendimiento de gasista y a sus familiares. “Nunca llegué a imaginar la dimensión que tendría esto”, dijo tras contestar que fue por miedo que no fue a buscar la encomienda. (fuente: El Patagónico)

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