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Las veredas de la ciudad son víctimas de construcciones, contenedores y chatarra

En diferentes puntos de la ciudad se puede observar cómo los vecinos hacen uso de las veredas de manera arbitraria. Los mayores casos están relacionados a los talleres del automotor, chatarra y obras en construcción, estos se dan en los barrios más alejados de la zona céntrica, que sufre otras problemáticas.

  • 23/08/2014 • 00:00

En Río Gallegos, gran cantidad de veredas en la actualidad son utilizadas para realizar diferentes tareas que impiden el paso de los vecinos; la recreación de los más pequeños y sin lugar a dudas afectan  la contaminación visual y el embellecimiento o mantención de nuestra ciudad.
Cabe destacar que la situación que más se repite en los diferentes barrios es la relacionada a los talleres mecánicos, que desarrollan su actividad en las angostas calles del barrio Belgrano, Gaucho Rivero, 240 Viviendas,  y en menor medida en la zona que comprende los barrios Evita y del Carmen. En relación a este punto Margarita, una vecina de las calles Juan José Paso del barrio 366 Viviendas, comentó que “muchas veces hemos tenido algunas charlas con el dueño del taller de la esquina. Hay momentos en los cuales tienen tantos autos afuera que no se puede caminar por la vereda, tenés que caminar por la calle”. Esta es una situación que se repite continuamente en diferentes calles de la ciudad, con el atenuante que existen algunos sectores donde las calles y sobre todo las veredas son muy angostas. Otra de las problemáticas que plantearon algunos vecinos con respecto a los talleres es que “a veces los chicos no pueden salir a jugar porque vuelven manchados con el aceite que los autos que arreglan y que tiran en la vereda”.
Otra de las situaciones que se viven en la ciudad con respecto a la utilización de las veredas es la cantidad de autos que se han convertido en chatarra con el correr del tiempo. Se puede visualizar esta problemática en sectores muy diferentes de la comunidad. En la calle Juan José Paso se puede observar un oxidado colectivo que cumple con el perfecto objetivo de contaminar la visual y quitarle espacio a los niños de la cuadra. Como fiel muestra de que esto no ocurre sólo en un lugar, podemos mencionar los 2 camiones y 3 autos que se encuentran abandonados en Teófilo de Loqui. Esta situación se repite en Ramón y Cajal, Intuzaingo, Belgrano y Posadas, entre otras. 
Noelia, vecina que convive en los alrededores del viejo colectivo antes mencionado, explica que “el mayor peligro es que algunos nenes se suben a jugar, uno no los puede estar vigilando todo el tiempo, y corren el riesgo de cortarse con las latas oxidadas que hay”.
Otra de las invasiones que están viviendo las veredas de Río Gallegos se da a raíz de la gran cantidad de construcciones que se están desarrollando. Esta situación no se da sólo en los barrios periféricos de la capital santacruceña, sino que también en algunas calles céntricas. En los lugares mas alejados del centro como las calles Ituzaingó, Brasil, Río Turbio (APAP), entre muchas más, donde las veredas son demasiado angostas, las obras en construcción llegan a utilizar incluso parte de la cinta asfáltica. Este no es un escenario que sólo se repite en los barrios, algunas calles céntricas como Chacabuco, San Martín, Alberdi, y otras más viven la misma situación.
En relación a esta problemática, la concejal Rosana Larcher explicó que “el tema de las chatarras, la ocupación de las veredas, de todo hay reglamentación, lo que pasa es que hoy por hoy nada de eso se está aplicando, ni se está controlando, y tampoco se está multando; igualmente la utilización del canasto de basura, que también está reglamentado”.
“El aumento es parte del estado de abandono en el que se encuentra  la ciudad. Los vecinos también se van acoplando a toda esta situación y es como que da al avance esto, es como todo, si no hay un orden, un control obviamente se empieza a abandonar hasta el propio vecino con sus cosas. Antes los vecinos limpiaban las veredas, los mismos comercios, hoy como nadie controla les da lo mismo, se perdió todo eso”, y continuó: “Incluso había hasta convenios con la Municipalidad para hacer la veredas.
Estas tienen que ser políticas impulsadas por el municipio como una forma de colaborar a la adquisición de conductas saludables”, finalizó Larcher.
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