Info General

El peón rural en Santa Cruz: aislado, en estancias abandonadas

Un 40% de los establecimientos están abandonados según el RENATRE, particularmente en zona centro. Más de la mitad de los peones en estancias superan los 45 años. La difícil situación del peón que se jubila y no tiene adónde ir.

  • 11/10/2017 • 07:54

El traslado de 19 trabajadores rurales en condiciones infrahumanas, detectado por GEOR y en base a denuncias y control que recibió y realizó también el RENATRE, volvió a traer a la coyuntura la dura situación de los trabajadores rurales.

En 2012, Rubén Horacio Medina estuvo aislado durante varios meses en una estancia. Pidió comida durante un mes por radio al dueño de la estancia. La ayuda nunca llegó y murió en mayo del 2012.

No fue el primero, ni único caso.

“Se hacen procedimientos de acuerdo a denuncias pero también por el plan de relevamientos. En las estancias  encontramos gente que vive en el establecimiento que no tienen producción, ni animales, pero el gaucho sigue allí viviendo”, dijo Marcos Williams, a cargo de la delegación de RENATRE Santa Cruz.

El organismo realizó relevamientos incluso con asistentes sociales, en gran parte de la provincia, aunque en la zona centro es el eje complejo. El acceso es difícil, y no existe forma de comunicarse por telefonía celular en el 89% del sector, aunque tampoco existen radios.

“El 40% de los establecimientos ganaderos de Santa Cruz está fuera de producción”, advirtió Williams.

Las estancias están vacías en la meseta central de la provincia aunque el peón “sigue allí viviendo solo”.

“Hay campos que fueron saqueados, se han llevado chapas y quedó la tapera, y hasta sirven de aguantadero de gente que roba por los campos, es una zona difícil”, señaló.

Más del 60% del trabajador rural en estancias tiene más de 45 años. No existe recambio generacional en el trabajo por varios factores.

“Una muy alta proporción de gente se jubila y permanece ahí, primero porque si se jubila no tiene adonde ir, o no tiene familia y prefiere vivir en el campo; segundo, la gente que se jubila no es  reemplazada por jóvenes, porque las condiciones de vida en el campo no evolucionaron como en la ciudad”, vertió.

Por ejemplo, el costo de la calefacción es “elevado”, sin acceso al servicio de salud y sin vecinos cercanos.

En escasos casos, el peón acuerda con el propietario de la estancia, y se queda a vivir allí. “La gente quiere quedarse allí, porque está ahí hace muchos años, es una cuestión cultural”, dijo Williams a TiempoSur.

 

MEDIDAS

Para estos casos, William adelantó que analizar, crear albergues para los puesteros adultos mayores para “quedarse para tener un lugar para estar cuando baja del campo”.

La primera prueba piloto se hizo en Río Gallegos en conjunto con la Municipalidad  y Desarrollo Social de la Nación.

En Las Heras, existe un centro de estas características. “Es un modelo interesante ese lugar en el cual estamos tratando de complementar y colaborar para llevar ese modelo a otras localidades”, contó.