Cultura

“Esto es una senda y Santa Cruz también te lo permite”

Así lo afirmó Pablo Eduardo Mouesca, tercera generación de una familia que comenzó con su abuelo venido de Entre Ríos y con padres e hijos nacidos en esta tierra, que se forjaron y construyeron una historia ligada con los medios de comunicación y la cultura de Santa Cruz. “Cuando vos estás haciendo lo que te gusta y notan que hay pasión, te apoyan”.

  • 03/08/2017 • 11:35

Hoy en este espacio que TiempoSur le está dedicando a nuestros vecinos, a las familias que fueron y son parte del crecimiento cultural, social, comercial y político de nuestra ciudad y de la Provincia, nos trasladamos unos 800 kilómetros y llegamos a la localidad que es la puerta de entrada a Santa Cruz, Caleta Olivia, donde nos recibe Pablo Eduardo Mouesca, un hijo de este Río Gallegos que lo vio nacer junto a sus cuatro hermanos y que como él nos dice “la familia Mouesca dejó una senda en la trayectoria de los medios: Si hay un tinte que ha dejado mi familia en la provincia de Santa Cruz, es ese”.

La historia de los Mouesca, para quienes no los conozcan, es una familia que desde hace tres generaciones han forjado su trabajo, su esfuerzo y futuro en esta tierra santacruceña, relacionándose en este caso con el acerbo cultural y periodístico.

Pablo comienza a contarnos la historia recordando que “mi abuelo, Juan Manuel Mouesca, llega a Río Gallegos allá por el año 1920 de Federación, Entre Ríos. Vino con sus hijos al sur en busca de un porvenir y se instalan en Río Gallegos. Mi abuelo comienza en la imprenta del diario 'El Heraldo del Sur', que era dirigido por el conocido Juan Hilarión Lenzi. Allí el abuelo escribía”.

“Ellos vivían en una casita de chapa, como la edificación típica de aquel entonces, que hoy es una pizzería que está en la avenida San Martín, casi llegando a la avenida Kirchner”, contó Pablo al recordar que “ahí funcionaba la imprenta del diario el Heraldo del Sur”.

“De la familia, mi padre Carlos Eduardo Mouesca, más conocido por 'Cacho Mouesca', era el menor de los hijos. Y cuando mi abuelo fallece, se traslada a Buenos Aires más precisamente a Quilmes. Mi padre se hace cargo de su madre. Luego conoce a mi mamá, se casan y vuelven a vivir a Río Gallegos”.

“De los hermanos de mi viejo, los más conocidos son Edmundo –el mayor de los hermanos- que era el que hacía radioteatro en Río Gallegos, luego estaba 'Coco' que también era imitador, hacía distintas voces y también formó parte de los elencos de radioteatro, pero también era cartero y por ejemplo cuando se escarchaban las calles andaba patinando. Era un personaje de Río Gallegos”, se ríe Pablo recordando a sus tíos.

“La familia Mouesca, en su mayoría, estaba comprometida artísticamente, en la radio, en el teatro, en todo evento artístico estaba presente”, reconoce Pablo al señalar “mi viejo como era el más chico recibió como él mismo decía ‘todos los dones y la ropa usada’ por ser el más chico”.

 

Reconocimiento a una trayectoria

 

Pablo, sigue el relato, contándonos la historia de vida, de lucha de su familia y aquí comienza, parte de la historia de su padre, de quien sostuvo que “fue un honor para mí trabajar con él, no porque fuera mi padre, sino por su trayectoria” en los medios de comunicación.

Un reconocimiento a la trayectoria de su padre, es que la Municipalidad de Caleta Olivia designa con el nombre de Carlos “Cacho” Mouesca a la FM Municipal.

Pablo nos cuenta que del matrimonio de sus padres “nacimos cinco hijos, todos en Río Gallegos. Vivimos en distintos barrios alquilando, era muy difícil en esa época”, comenta al señalar que “mi viejo comienza a trabajar en Canal 9 y después también en LU 14 Radio Provincia junto a su hermana Cholita, que estaba casada con Saturnino De Vito, que también trabajó en radio teatro” y nos agrega: “Ahí forja su trabajo, se acentúa en distintas animaciones. Trabaja con gente muy conocida de la ciudad. Tuvo la oportunidad de trabajar con Segovia, Sofía Vicic, Rodri Rodríguez”, entre otras personalidades de esta ciudad capital.

Más adelante Pablo, que reconoce riéndose “ser malo para recordar fechas”, cuenta a TiempoSur que “mi padre trabajaba en el canal y en la radio, y mi mamá trabajaba en la Justicia. Pero, en esos años con 5 hijos era muy difícil, y es así que en el año 1972 deciden irse a Caleta Olivia, y desde ese año hasta la actualidad nos quedamos en Caleta”.

“Nunca nos fuimos de Santa Cruz”, afirma Pablo quien continúa contándonos la historia de su padre: “En Caleta Olivia comienza a trabajar en LU 21 y también a hacer el noticiero, en Comodoro Rivadavia, donde él hacía todo lo relacionado con las noticias de la zona norte de Santa Cruz”.

“Aquí fue muy conocido”, remarca Pablo al precisar que “en esa época trabajar en Canal 9 de Río Gallegos era como Telefé o América, por el impacto que tenía en la gente y con Canal 9 de Comodoro, pasaba lo mismo. Entonces, te hacías popular en seguida”.

“Así fuimos creando los Mouesca, una senda en la trayectoria de los medios. Si hay un tinte que ha dejado mi familia en la provincia, es ese”, remarcó Pablo al autoseñalarse como “el único usurpador. Trabajo hace casi 28 años en distintos lugares, hace 15 en canal 9, mi hijo Mauro de 28 que es periodista deportivo hace 7 que trabaja en Caleta Olivia y el más chico, Gastón que tiene 16 años y quiere ir a estudiar comunicación social”.

“No sé a qué se debe, si es una herencia, si viene en los genes, pero parece que nos ha pegado a todos”, reflexionó Pablo Mouesca.

 

Los comienzos al lado de su padre

“A mi padre lo ayudó mucho su parte artística más que periodística. Era muy entrador, entonces le resultaba fácil”, cuenta Pablo al recordar que “en nuestra casa estuvieron los Cantores del Alba, Los Fronterizos, tomando mate y comiendo asado con mi viejo, Loche, Sergio Denis, todos paraban en casa. Como era un tipo muy entrador, se hacían amigos”.

Al ser consultado sobre sus comienzos y proyectos que tuvo junto a su padre, Pablo nos comenta: “Mi viejo tenía una persona que en la radio le leía los titulares y se enfermó. Yo tenía 24 años y me dijo si yo no quería ir, en realidad, a mí no me gustaba, pero él me dijo que le hiciera el favor de leerle los títulos. Y así comencé allá por el año '84/'85 con él, en la FM Caleta Olivia y no paré más. Después, hicimos un programa a la noche, fuimos al cable y ahí hicimos Crónicas Viejas. Fue cuando comencé a tomarle el gustito a todo esto”.

“Empecé con él y para mí era un honor”, reconoce y aclara: “No porque fuera mi viejo. En aquella época vivíamos de la publicidad y era muy fácil venderlo a él porque todo el mundo lo conocía, era simpático”, agrega. Y aquí hace un alto para contarnos que “era tan simpático que no le daba la cara para cobrar, sentía vergüenza, entonces iba yo”.

Crónicas viejas- El programa que hizo primero con su padre y luego lo continuó solo, “era un programa donde hablábamos con familias históricas, familias de cada pueblo de la provincia”.  

Y aquí Pablo asegura que “Santa Cruz es una provincia tan joven que encontramos a los nietos de los pioneros. Notas curiosas, notas con familias que nos contaron con orgullo y sienten mucho orgullo de haber estado en Santa Cruz”.

En este contexto, Pablo reflexiona y nos expresa: “Por eso a veces duele que hablen tan mal de Santa Cruz porque hay gente que dejó su vida, que está enterrada en estas tierras y no es justo que se menosprecie ese trabajo. Sabemos que es una provincia joven, pero con mucho esfuerzo y mucha historia; con gente que vino y viene a laburar en serio”.

“Justamente, Crónicas Viejas, destacó y recreó eso, la importancia de esos pioneros que vinieron y pusieron el hombro. Y que hoy, dato curioso, hoy hay tercera generación de esos pioneros que siguen viviendo en la provincia de Santa Cruz y que no se si en muchos lugares pasa”.

 

Titiritero

Pablo Mouesca, más allá de ser un trabajador de los medios, se dedicó también parte de su vida a ser titiritero junto a Sergio Ferreyra, veterano de Malvinas.

De este aspecto de su vida, Pablo nos cuenta que “viajamos muchísimo, dimos  tres vueltas al país con los títeres. Todo comenzó en el cable con un programa de televisión, ahí ganamos un premio ATVC, en el año '94, como el mejor programa de entretenimientos del país con títeres. Nosotros éramos dos y le ganamos a un programa en el que trabajaban entre 8 y 10 personas. Éramos creativos, no había plata, había que manejarse con la creatividad. Hacíamos de camarógrafos, editores, conductores, manejábamos los muñecos, eso le gustó al jurado y nos premian en el año '94”.

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