Argentina

Identificaron a un abuelo de los dinosaurios, el Teleocrater rhodinus

Era carnívoro y vivió hace 245 millones de años; tiene caracteres de los grandes reptiles y de los actuales cocodrilos.

  • 20/04/2017 • 08:10
El paleontólogo argentino Martín Ezcurra y el nuevo integrante de la familia. Foto: Silvana Colombo
El paleontólogo argentino Martín Ezcurra y el nuevo integrante de la familia. Foto: Silvana Colombo

Los dinosaurios (del griego, "lagartos terribles") incluyen cerca de 500 géneros que dominaron la Tierra durante 135 millones de años. Cautivan por su diversidad, el tamaño que alcanzaron y su repentina y misteriosa desaparición, pero aunque se reunió mucho conocimiento sobre ellos, hasta ahora no existía certeza acerca de quiénes fueron sus ancestros.

En la última edición de Nature, sin embargo, un estudio firmado por un equipo de paleontólogos norteamericanos, británicos, rusos y sudafricanos, y en el que participa como tercer autor el jovencísimo argentino Martín Ezcurra, comienza a develar el misterio. Los investigadores identificaron los restos de un grupo único, con características precursoras de los dinosaurios y que presenta afinidades con los grandes reptiles que eran inciertas hasta la publicación de este trabajo.

"No se sabía bien si eran formas emparentadas con los dinosaurios, con los cocodrilos o con otros animales", explica Ezcurra, que ayer presentó la descripción del más antiguo integrante de esa familia, el Teleocrater rhodinus, en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN).

"El Teleocrater y sus formas relacionadas dentro de este nuevo grupo, los Aphanosaurios, son como el abuelo de los dinosaurios y sus familiares -bromea el científico-. En griego, aphanos significa «secreto» u «oculto». Les pusimos ese nombre porque durante 50 años fueron mayormente desconocidos en la comunidad científica debido a que no habían sido publicados formalmente y porque sus afinidades no habían sido confirmadas."

 

La larga ruta del hallazgo

La singular historia de este descubrimiento comenzó hace casi nueve décadas. Los primeros restos del Teleocrater (del griego, teleos, cerrado, y krater, fuente, refiriéndose a la cavidad ósea, el acetábulo, en la que se articula la cabeza del fémur, que es cerrada como en los cocodrilos y no en los dinosaurios) fueron encontrados por un paleontólogo británico en 1933, en Tanzania, al este de África. Sólo en 1956 fueron estudiados en detalle por un colega de la misma nacionalidad, Alan Charig, como parte de su tesis doctoral. Sin embargo, éste nunca llegó a publicar formalmente sus trabajos, con lo que la especie no adquirió validez.

En los años 50, había una idea difusa de las relaciones de parentesco entre los reptiles. "Teníamos un conocimiento bastante primigenio -explica Ezcurra-. Lo que concluyó Charig es que ese animal se asemejaba a los dinosaurios, pero no avanzó y en 1997 murió sin poder publicar sus estudios."

Los descendientes de los dinosaurios son las aves. Se separaron de los cocodrilos hace aproximadamente 247 millones de años. Teleocrater tiene una antigüedad de 245 millones de años, o sea que, en términos geológicos, vivió poco después de esa bifurcación.

"Medía unos tres metros y sabemos que era carnívoro, porque tenemos preservados dientes con forma de cuchillo -cuenta Ezcurra-. No hay indicios anatómicos certeros que nos permitan asegurar que se reproducían por huevos. Los primeros huevos fósiles que conocemos son del período jurásico, y tienen unos 200 millones de años; son de mucho después de la separación entre cocodrilos y aves. No conocemos ningún huevo de la antigüedad, de Teleocrater ni de los primeros dinosaurios. Sin embargo, dado que sus «parientes», los dinosaurios, y también los cocodrilos ponen huevos, pensamos que Teleocrater probablemente se haya reproducido de esa manera."

Según Fernando Novas, también investigador del Conicet y del MACN, la importancia de este descubrimiento es que permite completar el árbol genealógico: "Los antepasados de los dinosaurios están en una nebulosa. Son contados con los dedos de una mano".

Y agrega Ezcurra: "En 2010, un grupo de paleontólogos sudamericanos (entre ellos, dos de Brasil, Fernando Novas y yo), acuñamos una nueva familia de precursores de los dinosaurios que llamamos Silesauride. Pero eran formas bastante avanzadas (entre 236 y 233 millones de años de antigüedad) y ya su morfología se parece mucho a la de los grandes reptiles".

El Teleocrater se remonta mucho más atrás en el tiempo y se encuentra casi en la base del linaje del que surgieron los dinosaurios, muy cerquita de donde también surgieron los cocodrilos.

"Está bastante próximo a esa bifurcación -subraya Novas-. Por un lado, se parece a un cocodrilo y a sus antepasados extinguidos. Caminaba en cuatro patas y apoyaba toda la planta de los pies, pero también tenía el cuello alargado y con postura natural en forma de «s», como hoy tienen las aves."

Y concluye: "Es un hallazgo muy interesante, y es un orgullo para la ciencia local que en la descripción e interpretación de este antepasado participe un joven paleontólogo argentino".

Por lo pronto, Martín y sus colegas ya están empezando a revisar los materiales que se habían colectado en los años 30 y otros obtenidos más recientemente en la misma zona para revaluar y analizar extensamente cada uno de los huesos encontrados.

 

Ezcurra, joven, pero ya una "luminaria"

Con sólo 29 años, Martín Ezcurra ya es una figura destacada del escenario paleontológico local e internacional. El año pasado fue distinguido con el Premio Estímulo de la Fundación Bunge y Born por decisión unánime del jurado. Apasionado por esta disciplina desde que tenía dos o tres años, muy pronto empezó a participar en un taller de paleontología para chicos con Fernando Novas, su mentor, que luego lo invitó a colaborar en su laboratorio. A los ocho, empezó a escribir sobre animales que habían vivido antes de los dinosaurios. El volumen se publicó mientras cursaba el último año del colegio secundario. Los primeros papers los publicó cuando empezaba a estudiar biología. "La diversidad y calidad de los trabajos publicados en corto plazo permiten sostener que Ezcurra posee una notable proyección internacional", detalló el jurado.

(La Nación)

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