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Cinco mujeres cabalgaron los 385 kilómetros del río Santa Cruz

Mónica Cepernic (68), ex juez de paz de El Chaltén e hija del fallecido ex mandatario (1973-1976), se había prometido hacer la travesía para conocer el recorrido, porque en la naciente del río fueron tiradas las cenizas de su padre y de su madre, Sofía Vicic, y la construcción de las represas apuró el objetivo, que le llevó un año de logística.

  • 23/01/2017 • 10:21
La travesía les demandó 13 días, desde Bon Accord hasta la naciente y de allí hasta Puerto Santa Cruz.
La travesía les demandó 13 días, desde Bon Accord hasta la naciente y de allí hasta Puerto Santa Cruz.

Cinco mujeres residentes en Santa Cruz, entre ellas la hija y la nieta de Jorge Cepernic (1915-2010), realizaron una cabalgata de 13 días uniendo los 385 kilómetros del río Santa Cruz donde serán construidas las represas hidroeléctricas, una de las cuales llevará el nombre del ex Gobernador, desde la naciente en la estancia "Bon Accord" hasta Cañadón Misionero, donde se une al río Chico para continuar su recorrido hacia el mar.

“Sabemos que ya el río no va a estar en su estado natural, se van a perder picaderos y otras cuestiones”, explicó a Télam la sobrina Marcela Cepernic, y explicó: “Me prendí porque a mí esas cosas me encantan y fue una experiencia increíble, muy dura, por el viento, la tierra y una aridez que era mucho más de lo que imaginábamos”.

También se les unieron Nélida Paz Suárez (66), de la estancia "Catalina"; Blanca del Río, una productora artesanal de cerveza de El Chaltén, y Angélica Sánchez (57), de radio La Aplanadora Show de Pico Truncado.

La travesía les demandó 13 días, desde Bon Accord hasta la naciente y de allí hasta Puerto Santa Cruz.

Con un promedio de 25 a 30 kilómetros cubiertos por día -37 el que más-, las charlas compartidas fueron “desde la crudeza que deben haber vivido los originarios tehuelches como cazadores recolectores, porque vimos varios picaderos en la nada, con la sequía y el viento que no da tregua, pasando por las huelgas del 21, cómo esa gente de campo que tenía una vida muy dura anduvo todas esas pampas peleando por un medio franco”, relató.

El proyecto de las represas también fue parte de las conversaciones y generó "muchas cosas”, dijo Marcela, que no tenía una posición formada al respecto antes de la cabalgata.

“Es difícil aceptar los beneficios de unas represas, que no van a ser para los lugareños, porque le quitan el acceso al río a los campesinos en las estancias, que hemos visto abandonadas”, dijo.

Y reflexionó: "En vez de que haya alguna política de distribución de esa agua en estos últimos años en Santa Cruz para que los campos no sean tan pobres, no sólo no lo van a hacer, sino que le quitan al pobre ribereño que ya no tiene agua en sus campos la única posibilidad de acceder al recurso”. (Télam).

 

 

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