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Qué dicen las cartas que escribió el ex de Romina el día anterior al femicidio

Apenas unos días antes del femicidio de la joven residente del barrio San Benito, su ex pareja, Jorge Huenumil, le escribió una extensa carta: “Casémonos, tengamos más hijos”. Para la jueza López Lestón, este fue otro acto de control del joven sobre la vida de Romina para torcer su voluntad de abandonarlo.

  • 28/10/2016 • 07:00
Romina Barría nunca leyó las cartas de Huenumil, sino que las abrió la Jueza.
Romina Barría nunca leyó las cartas de Huenumil, sino que las abrió la Jueza.

Apenas un día antes del cruento asesinato de Romina Barría, que marcó la primera calificación de un crimen como “femicidio” en Río Gallegos, un compañero de trabajo de ambos en el frigorífico recibió un peculiar pedido de parte de Jorge Huenumil, el único procesado y detenido por el crimen.

Fue cuando éste lo llamó y le pidió que agarre un sobre que contenía una carta. Que lo guarde, pero que por favor no lo abriera. Su contenido se conocería después del asesinato y sería leído por la jueza Valeria López Lestón.

Hay que tener en cuenta que cuando Huenumil escribe esta carta, de más de cuatro hojas, él y Romina ya estaban separados desde el 15 de septiembre. El ya había sido echado de la vivienda que compartían, ya mostraba signos de una aparente depresión, ya había amenazado reiteradas veces con suicidarse, ya había desaparecido, ya había sido derivado al Centro de Salud Mental.

TiempoSur tuvo acceso al material que forma parte del expediente, en el que hace dos semanas se determinó el procesamiento con prisión preventiva de Huenumil, acusado de ser el autor de un “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género y daño en concurso real Art. 55, 79, 80 Inc. 1 y 11 del Código Penal”, se lee en lo que representa, nada más y nada menos, el asesinato a una mujer por parte de un hombre, en un contexto de violencia de género.

“Hoy estoy arrepentido, profundamente por todo. Mi corazón y yo te pedimos perdón y estoy eternamente agradecido con vos, gracias por ser tan buena conmigo… Sólo respiro por vos, porque espero ansioso esta segunda oportunidad. No vas a quedarte sola… Voy a sacar fuerzas de donde no haya para acompañarte. No quiero persuadirte Romina, pero te necesito mucho y no puedo seguir sin ustedes, sólo estoy desesperado, viendo como cada día se alejan más de mí y me duele. No voy a fallarte, quiero estar para vos y la nena, voy a cambiar entero…”.

“…Romina, yo te amo y no puedo dejar de hacerlo. Noches enteras he llorado. Este es mi castigo y no lo aguanto, creí ser fuerte siempre, pero no. La soledad me está matando, la tristeza me está matando, tu ausencia me está matando, el tiempo me está matando… Por eso necesito tu compañía, necesito verte… Muchas cosas aprendí de vos y muchas más quiero aprender. A tu lado era fuerte, era seguro, era persona, era padre. Te necesito Romina…”.

“Sé que no es excusa pero tenemos una hermosa bebé que necesita de los dos juntos para crecer. Quiero cambiar para vos y la bebé. Quiero ser buena persona, atenta, de buen humor, quiero llenarte de besos cada día de nuestras vidas. Quiero tener más hijos (2 más, 1 y 1) quiero pasear de la mano, quiero gritarte y que todos escuchen que te quiero…”.

“…Perdón Romina, no quiero perderte, no puedo vivir lejos de vos. Sos la mujer que siempre esperé, si tengo que pedir perdón a quien sea lo hago por vos, porque te amo y te necesito. Casémonos, tengamos más hijos, vivamos el resto de nuestras vidas juntos, sé que te voy a hacer feliz…”.

De las distintas pruebas recolectadas y los testimonios, abundantes por cierto en el expediente, claro que la voluntad de Romina fue terminar la relación el 15 de septiembre, ya que ese día fue a la Comisaría de la Mujer y realizó una exposición en la que dijo que hacía dos años que estaba en pareja con Huenumil, que tenían una hija de dos y que horas antes le había pedido que dejara la casa e incluso que había cambiado la cerradura, “puede venir a buscar sus cosas cuando quiera o pueda”, aclaró a las oficiales.

Días más tarde, se abriría otro expediente, esta vez en el Juzgado de Instrucción Nº1, impulsado por el padre del sujeto, ya que desde que fue echado por Romina, no se sabía su paradero.

Durante una semana, Huenumil dijo a Romina estar durmiendo en una plaza, pero lo cierto es que pernoctaba en una gamela del frigorífico. Cuando lo encuentran, lo atienden en el Centro de Salud Mental porque temían que se suicide y, más tarde, pasó una semana en lo de un amigo.

Durante el 23 de septiembre, en plena desaparición, le había mandado una serie de mensajes: “Porfa Romina, no puedo solo, me muero, perdón, no aguanto más. Vení por favor… Hasta acá llegué… Me da miedo pero ya estoy listo…”.

Vale mencionar que entre ellos no habría mediado nunca la violencia física. Y para la Jueza, Romina sólo demostró miedo a su ex un día antes de ser asesinada. Así lo expresó en un mensaje que le mandó a una amiga, al descubrir que Huenumil la había estado espiando mientras se bañaba.  “…Boluda, que pibe, no sabés el cagazo que me pegó… Yo me estaba bañando… Y en eso lo veo parado en la ventana, casi me muero nena del susto…”, le confesó.

Vale recordar que el 4 de octubre, al acudir a un incendio desatado en la casa de Romina, policías y bomberos se encuentran con su cuerpo incendiado sobre un sofá cama. Romina yacía con un total de doce puñaladas que su ex le habría provocado con un cuchillo ordinario. Fue degollada y tenía puntazos en el abdomen. El ataque fue fulminante y le generó un shock hipovolémico. Ergo, murió de inmediato, desangrada.

Huenumil huyó en el auto de ella con la hija de ambos, pero a las pocas horas fue detenido en Piedra Buena. Se cree que quería dejar a la nena con sus familiares en Villa La Angostura.  

Se entiende que aún resta más producción de prueba. La familia de la joven está constituida en querellante de la mano del estudio de los doctores Carlos Muriete y Víctor Robles.