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Detenidos por crimen de Chocobar la mencionaban como “el perro envenenado”

El dato surge de los registros telefónicos de los dos detenidos por el cruento crimen de la joven trans de 26 años. Su hermana, Laura Chocobar, criticó ayer la carátula de “homicidio simple” que puso la jueza Rosana Suárez y lo contrastó con el fallo salteño de esta semana.

  • 29/07/2016 • 08:29
El 14 de septiembre apareció el cráneo y prendas de Marcela en el San Benito.
El 14 de septiembre apareció el cráneo y prendas de Marcela en el San Benito.

La familia Chocobar es oriunda de Salta, provincia en la que esta semana se sentó un precedente a nivel país con la condena a prisión perpetua para dos sujetos acusados de haber asesinado a una joven transgénero a golpes, hecho que la Justicia de esa provincia encuadró bajo la figura de “femicidio”.

“En Salta pasó lo mismo, sólo que en la vía pública y claramente se vio que era un femicidio. Pero acá se ve que no hay coherencia” lamentó Laura, que repudia la carátula que la jueza Rosana Suárez puso como homicidio simple para Sergio B. y como homicidio simple y encubrimiento agravado para Angel A.

La familia nunca estuvo de acuerdo con la instrucción de la causa, de hecho no superan la idea de que, tras siete meses de investigaciones, se haya podido dar con los presuntos autores del asesinato sólo porque una fuente los delató. “Esperaron que una persona fuera y dijera quiénes fueron. Nos da mucha impotencia ¿para qué están los investigadores?”, se preguntó la hermana de la víctima en declaraciones que ayer hizo a Tiempo FM, donde no dudó en ratificar que lo que pasó con Marcela fue un crimen de odio, es decir, por su condición de género. De hecho, “en los teléfonos de los chicos la tenían agendada como ‘el perro desaparecido’”.

En este punto vale mencionar que fuentes del caso informaron a este diario que en realidad los involucrados no habrían tenido agendada a Marcela de esta forma, sino que en los registros que pudo recaban la Jueza de sus teléfonos móviles, se pudo llegar a la conclusión de que en charlas -de las que participaban incluso otras personas además de los detenidos- se referían a la chica malograda como “el perro envenenado”, estableciendo así una suerte de código sin hacer mención a su nombre.

 

TiempoSur también pudo saber que en las pericias psicológicas ambos detenidos dieron comprensión de la gravedad de sus actos, es decir: no son inimputables. Pero además, en el caso de Angel A., el único que accedió a la indagatoria ante la Jueza, ya habría contado en reiteradas ocasiones la historia con lujo de detalles ante los detenidos con los que comparte sus días, según dicen, en un tono de sorna.

Luego de las detenciones que se dieron en abril la Jueza pudo recién comenzar a armar una teoría de cómo pudieron haberse dado los hechos de la fatídica mañana del 6 de agosto.

La información profusa, aunque desordenada, vino de parte de Angel A., el trabajador municipal que contó que desde la noche anterior festejaban el cumpleaños de Sergio B, a quien se le ocurrió contactar a Marcela para tener un encuentro sexual.

Alrededor de las 05:30, 06:00 del domingo la buscaron de una disco emplazada en calle Magallanes y desde allí parten hacia la cabaña en donde residía Sergio, quien luego decide irse con Marcela en el auto de Angel.

Al cabo de un rato Sergio vuelve y cuenta que había matado a Marcela; que no se había dado cuenta que era transexual. Que entonces estaban en un descampado “entre el Bicentenario 1 y 2” donde la hizo descender del vehículo para pegarle y que al golpear la cabeza contra el piso la dejó sin vida.

Sin embargo Angel cuenta esto sin explicar por qué en siete meses nunca lo delató. No sólo no lo hizo, sino que habría reconocido en su declaración que 48 horas más tarde acompañó a su amigo a ver el cadáver, pero que no lo encontraron pese a haberla buscado también el martes y el miércoles.

Un dato determinante y que contrasta con este relato es que el cráneo de Marcela -que apareció varios días después de su desaparición en un baldío del barrio San Benito- no presentó golpes ni fisuras.

Junto al único resto de la joven aparecieron algunas prendas de vestir y pese a los reclamos de la familia porque la búsqueda del cuerpo no cese en pos de darle cristiana sepultura, la Jueza entendería que esa sería una pesquisa infructuosa. “De nuevo esperan que alguien venga y les diga dónde está el cuerpo”, se quejó ayer Laura.

 

Por femicidio y con perpetua, el inédito fallo salteño

Este miércoles dos hombres fueron condenados a prisión perpetua por el homicidio de Gimena Alvarez, una transexual salteña, cuyo caso había conmocionado a esa provincia en 2014.

Las juezas de la Sala III del Tribunal de Salta condenó a prisión perpetua a los dos hombres acusados por el asesinato, Carlos Plaza (20) y Juan José del Valle (37).

Ambos estaban acusados de ser “coautores materiales y penalmente responsables de delito de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas criminis causa (en este caso matarla para ocultar el robo de su celular y dinero) y por violencia de género en perjuicio de Gimena Alvarez”, detalló El Tribuno de Salta.

El crimen ocurrió el 24 de diciembre de 2014, cuando Gimena se encontraba en la calle y fue sorprendida por dos hombres que tuvieron relaciones sexuales con la víctima. Luego le propinaron una golpiza brutal, le robaron y la abandonaron cuando ya agonizaba.