Policiales

Concluyen que el petrolero que apareció ahorcado con precinto no se suicidó

TiempoSur tuvo acceso a las conclusiones médico-legales llevadas a cabo en el Laboratorio Forense de Río Gallegos, que dieron un giro en la causa que se creía cerrada como un suicidio. El hombre había aparecido el año pasado fuera de su vehículo con un precinto en el cuello.

  • 24/05/2016 • 07:00

Carlos Eliseo Manquillán (51) apareció sin vida el 23 de septiembre del año pasado, tendido a los pies de su vehículo que estaba estacionado sobre la Rura Nº53. Hasta allí había sido convocado personal del Comando Radioeléctrico, luego de que trabajadores de una empresa que opera en las cercanías advirtieran sobre un posible vuelco con un fallecido.

Pero Manquillán estaba tendido boca arriba con un precinto plástico alrededor del cuello. Desde un primer momento fue calificado como muerte dudosa, pero más tarde personal policial se ocupó de advertir que el caso estaba dilucidado, ya que había aparecido un video en que se veía a Manquillán comprando una bolsa de precintos en un comercio.

Del sujeto se dijo que estaba quizás deprimido, ya que hacía dos años había perdido a su esposa, aunque no surgieron en su entorno testimonios que hablasen de alguna intención o comentario de Manquillán acerca de la idea de terminar con su vida.

Ayer, TiempoSur pudo conocer que las conclusiones médicolegales llevadas a cabo por investigadores del Laboratorio Forense emplazado sobre calle Pelegrini, dicen que la causa de la muerte de Manquillan “fue anoxia anóxica por asfixia mecánica por estrangulamiento homicida”.

Es cierto que las conclusiones hablan de la probabilidad de una conducta “autoagresiva” y se dijo que padecía de un trastorno depresivo, además de que las únicas manchas de sangre halladas en el vehículo Peugeot 307 le pertenecen. Pero también es real que en el informe, los médicos advierten la posibilidad de que haya sido claramente asesinado.

Es que, según asentaron, Manquillán presentaba “trauma contuso del cráneo localizado en la región parieto occipital derecha, ubicado por encima del ala del sombrero”, algo que “nos indica que se trató de una lesión por golpe directo y no por caída de la víctima”.

La denominada línea del ala del sombrero es el límite que separa los traumatismos cráneo encefálicos, más probablemente producidos por agresión de los más probablemente producidos por caídas.

 

Esta lesión provocada “nos permite pensar en la posibilidad de una agresión por detrás” que pudo haber sufrido la víctima, por parte de “un sujeto diestro, determinando la aparición de una contusión cerebral”.

 

Manquillán también presentaba, al momento de la autopsia, fractura de uno de sus pies, más precisamente en el peroné izquierdo. “Son ejemplo de estas fracturas las de los golpes producidos con un objeto contundente, por ejemplo, bate de béisbol o similar”, indica el documento legal.

 

Así las cosas, este diario pudo conocer que la familia de la víctima solicitaría en breve un contraestudio, bajo la premisa de que la jueza Rosana Suárez, titular del Juzgado de Instrucción Nº3, tenga mayores certezas y comience a pesquisar un posible ajuste de cuentas.

 

Temas